viernes, 7 de agosto de 2015

LECTURA: Poesías

Cultivo una rosa blanca

Cultivo una rosa blanca
en junio como enero
para amigo sincero
que me da su mano franca.

Y para el cruel que me arranca
el corazón con que vivo;
cultivo la rosa blanca.

José Martí
(1853-1895, Cuba)
Fue político, pensador, periodista, filósofo, poeta.
Se destacó por su lucha por la independencia cubana.






Las cosas que odio

Odio que me acaricien la cabeza 
y que me escriban mal el apellido. 
Odio toda la fruta excepto las cerezas. 
Odio a los árboles porque tienen arañas 
y a las películas dobladas en España. 
Odio que nos visite gente extraña 
porque me obligan a poner la mesa. 
Y también odio que nos visiten conocidos
porque saben cómo se escribe mi apellido, 
pero siempre me acarician la cabeza. 

Ana María Shua
(1951, Argentina)
Es Profesora de Letras por la Universidad Nacional de Buenos Aires y trabajó como publicista, periodista y guionista de cine



Todos los no
No toques a los perros por la calle,
a los gatos tampoco,
no toques los faroles, las paredes o los cocos,
no toques mis papeles,
no toques mi cartera,
no toques la tele, la computadora, la heladera,
la nariz, el gomero, el techo, la vajilla,
no toques las estrellas, los monos, las vainillas,
no toques la perinola, la llave, la bombilla,
no te subas a la silla,
no te subas a la mesa,
no te subas al ropero, a la ventana, a mi cabeza,
a la luna, a la escalera, al escritorio,
no te subas a la cama, al trampolín, a la cerveza,
ni al cohete, ni al colectivo, ni a la reja,
No comas fruta que esté verde o esté sucia,
no comas nada que cualquiera te convide,
no comas maderitas, ni pasto ni frambuesas,
ni piedras que se te atragantan,
ni arena, tierra o basura.
No comas de la fuente, de la lata, de la mesa
Y por favor no te comas las orejas.
No pises la ropa, los pasteles, el charquito,
no pises mis zapatos, ni a tu hermano chiquito.
No pises.

Decía mi mamá, hablándome despacio.
Pero yo no le hacía ningún caso
Ana María Shua


Mi casa y mi corazón
(sueño de libertad) 

Si salgo un día a la vida
mi casa no tendrá llaves:
siempre abierta, como el mar,
el sol y el aire.

Que entren la noche y el día,
y la lluvia azul, la tarde,
el rojo pan de la aurora;
La luna, mi dulce amante.

Que la amistad no detenga
sus pasos en mis umbrales,
ni la golondrina el vuelo,
ni el amor sus labios. Nadie.

Mi casa y mi corazón
nunca cerrados: que pasen
los pájaros, los amigos,
el sol y el aire.
Marcos Ana
(1921, España)
Se hizo poeta en la cárcel, en la que estuvo 23 años

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